domingo, 21 de octubre de 2012

NO CONSIGO HACERME COSQUILLAS...

Probablemente las cosquillas son la forma más antigua y segura de estimular la risa. 

Múltiples estudios han mostrado que no es posible autoinducirse las cosquillas a uno mismo, debido a un mecanismo cerebral que anticipa nuestros propios movimientos bloqueando de este modo la sensación de cosquillas. Es decir, el cerebro predice el estímulo y ya no le parece "divertido".



Diversos experimentos han demostrado que:

  • No funciona intentar hacerse cosquillas con un objeto, si nosotros mismos lo controlamos, nuestro cerebro lo integra a su mapa mental del cuerpo.

  • Las personas que padecen esquizofrenia, que normalmente carecen de conciencia de sus propios movimientos, pueden hacerse cosquillas a sí mismos y sentirlas con gran intensidad.

  • En cambio, hay un mínimo retraso entre nuestra orden y la reacción (aproximadamente 200ms), la sensación de cosquillas aparece y se intensifica cuanto mayor es el retraso.

Por tanto, en conclusión llegamos a pensar que el cosquilleo es en realidad una reacción del cerebro ante su poca capacidad de predecir un estímulo táctil. Ayuda el hecho de que el cerebro sabe, que el estímulo no representa un peligro.

Las cosquillas son consideradas pequeñas sorpresas placenteras para el cerebro pero pasado cierto umbral, se vuelven molestas y hasta insoportables. La teoría actual es que se trata de un mecanismo de aprendizaje, ya que, los niños son más susceptibles a las cosquillas porque deben aprender cuándo un estímulo externo comienza a representar una amenaza.



Curiosidades sobre las cosquillas:

- No sólo el hombre siente cosquillas, la mayoría de los mamíferos también.
- Los romanos utilizaban las cosquillas como método de tortura.
- Entre la realeza medieval, las cosquillas eran una forma de castigo leve, para no dejar marcas en el cuerpo.
- El tiempo que los animales jóvenes pasan jugando a hacerse cosquillas es mayor, cuanto más agresiva es la especie.

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