jueves, 1 de noviembre de 2012

EL CEREBRO DEL NIÑO

Un bebé nace con el número total de neuronas pero el proceso de interconexión de éstas se desarrolla después del nacimiento. Por esta razón, el cerebro crece tan rápidamente durante los primeros meses de vida.

A los 6 meses ya pesa el doble y a los 18, alcanza el 80% del definitivo. Al momento de nacer pesa aproximadamente 350 gramos; a los 14 meses, 900 gramos y a los 5 años ya ha alcanzado el 90% de su peso definitivo. 








A los siete años el cerebro es casi idéntico en tamaño y peso al de un adulto. De todos modos, en los lóbulos frontales hay un 40 % más de sinapsis en cada neurona. Estas sinapsis se van recortando hasta alcanzar los niveles estables de los adultos. Este proceso sucede en distintas zonas del cerebro y en diferentes momentos. El nivel máximo de conexiones suele producirse entre los 4 y 7 años de edad.

Esto quiere decir que durante el primer y segundo año de vida el cerebro crece a una velocidad impresionante por minuto, no porque se estén multiplicando sus células, sino porque su estructura se está organizando para llegar a desarrollar su compleja actividad.


El cerebro de un niño está más densamente conectado que el de sus padres y además utiliza más energía. Cuando contemplas la inagotable energía de los niños, imagina centrales eléctricas en sus cabezas, funcionando con un 50 % más de energía que la de los agotados adultos que les rodean.

El cerebro queda completamente interconectado a los veinte años de edad y la actividad cerebral alcanza el nivel adulto.


Un experimento desarrollado por psicólogos canadienses ha comprobado que la música desarrolla el cerebro de los niños pequeños además de que la enseñanza musical acelera el desarrollo del córtex cerebral de los niños, así como que tiene un efecto positivo sobre la memoria y la atención de los más pequeños.

 La mejora de la capacidad de memorización alcanzada gracias a la música facilita el aprendizaje de la lectura, de la escritura y de las matemáticas, así como el desarrollo de la capacidad de ubicarse en un entorno e incluso el coeficiente intelectual. 

La música mejora las capacidades cognitivas de los niños, según un estudio que publica la revista Brain. El estudio fue desarrollado por psicólogos de la Universidad McMaster de Canadá, que compararon los efectos del aprendizaje de la música sobre la sensibilidad de los niños y sobre su capacidad de memorización. Los investigadores hicieron un seguimiento de dos años a dos grupos de niños de edades comprendidas entre los cuatro y los seis años.


El primer grupo recibió durante un año enseñanzas musicales extraescolares según el método Suzuki, mientras que el segundo grupo no recibió enseñanza musical alguna. El método Suzuki, ideado por un violinista japonés que es además filósofo y pedagogo, permite a los niños, aunque sean muy pequeños, aprender música e incluso tocar un instrumento.

Los niños completaron un test musical en el cual se les pedía distinguir entre armonías, ritmos y melodías, y una prueba de memoria en la cual tenían que escuchar series de números, recordarlas y luego repetirlas. Con este sistema, fue posible apreciar mejor la forma en que los niños captan, perciben e integran los sonidos musicales, así como los cambios inducidos por la actividad musical sobre el córtex cerebral. 


Además, después de la primera y la última sesión los investigadores evaluaron la capacidad de memorización de los niños, así como de fijarse en los armónicos, los ritmos y las melodías. 

Los resultados del experimento fueron diferentes para los dos grupos de niños. Los que habían seguido el método Suzuki mostraron una mayor sensibilidad hacia la melodía emanada de un instrumento como el violín, lo que según los psicólogos significa una maduración acelerada del córtex cerebral. Además, estos niños alcanzaron una capacidad de memorización más importante que los del segundo grupo, incluso desde la primera evaluación, ocurrida a los cuatro meses de iniciado el experimento.

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